Yo caí al fondo del abismo

A veces es lo que haces, otras el lugar, otras las personas que te acompañan y otras, muchas otras, la razón o la causa, no está en ninguno de estos factores, sino en ti mismo, pero lo cierto es que no eres feliz.

No te sientes bien, no quieres seguir, todo se te hace cuesta arriba, pero no tienes alternativa.

Tienes obligaciones, compromisos, valores, emociones, creencias, intereses, prioridades, y un cúmulo de condiciones que te sostienen en tu realidad.

Te parece increíble que teniendo lo que tienes no eres feliz y por si fuera poco,  los demás te lo hacen ver constantemente. “¡Deja de quejarte!”. “¡Qué más quieres!” “ Ojalá yo tuviera tu…!” “¡Lo tienes todo!” 

Te sientes culpable y te sientes mal agradecido, y aún así darías lo que fuera porque “algo mágico” lo cambiara todo y volver a sentir las ganas, la ilusión, la fuerza y la alegría de vivir.

Yo una vez estuve allí, como tú.

Estuve viviendo una vida que no me gustaba pero era la que tenía, la que yo había elegido, la que “debía” tener, la que a muchos les parecía formidable y que pese a todo  a mi me empezó a pesar, a doler, y me hacía muy infeliz.

Era una vida que me daba todo lo que se suponía que “debía” tener y “más”, haciendo lo que “debía” hacer y que sentía que cada día me abrumaba más, hasta que finalmente esa vida “me soltó”.

No lo decidí yo, o sí, pero si fué así no fué el resultado de un proceso reflexivo, no era mi objetivo y no respondía a un plan de acción consciente o un objetivo determinado.

La realidad es que “la vida” (porque “siempre es necesario” que haya algún otro responsable)  me soltó la mano y “perdí todo” lo que tenía en un instante.

Te pido que vuelvas a releer esto hasta aquí, y pongas atención a todo el texto entre comillas.

Ya pasaron exactamente 2 años en que sucedió finalmente eso…”no tan mágico”… que me permitió comenzar a vivir mi vida con ilusión, ganas y propósito. 

No tengo muchas cosas que tenía. Si tengo lo que me permite levantarme cada día con fuerzas y ganas de vivirlo, haciendo lo que disfruto con sentido y satisfacción.

El estar en ese punto de “la nada” fué lo que me permitió hacerme las preguntas importantes, las válidas, las poderosas

¿Qué es lo que realmente quiero? ¿Qué es lo que realmente tengo y quiero? ¿Qué es lo que realmente tengo y no quiero? ¿Qué es lo que me gustaría hacer? ¿Cuáles son mis fortalezas? ¿Cuáles son mis debilidades? ¿Que debo cambiar, eliminar o adquirir para lograr lo que quiero? y otras tantas preguntas como estas…

Las respuestas me llevaron a encontrarme en lo más profundo de mi ser, me descubrí, me reconocí, tuve una clara definición de mis metas y objetivos para ser y hacer lo que realmente me diera satisfacción.

Encontré mi propósito en cada ámbito de mi vida  y me comprometí, absolutamente, con ellos.

Hoy puedo decirte que cuando creí que estaba en “la nada”, en el final de todo, solo estaba en el punto de partida. 

Esta vida que tengo hoy sí es para mi, porque responde a todo lo que soy y lo que deseo

También, es necesario aclarar algo muy importante. No tenía porqué llegar a ese punto, así sucedió por no haber tenido la oportunidad y facilidad de realizar todo el proceso que hice a partir de entonces con anterioridad.

De haber tenido la posibilidad de realizar ese trabajo de autoconocimiento, reconocimiento y crecimiento personal, voluntaria y conscientemente mucho antes, habría podido planificar y accionar sobre mi realidad con éxito y sin el trauma de la pérdida que sufrí hace dos años.

No hace falta caer hasta el fondo del abismo para salir a flote, es posible nadar tranquilamente con rumbo y sentido hasta donde deseas.

Te cuento esto porque mi propósito en el ámbito profesional es poder acompañarte a realizar este proceso de transformación personal facilitando la adecuación de tu vida a tus deseos, gustos, intereses y prioridades. A lograr la satisfacción plena en cualquier ámbito de tu vida que desees o necesites..

Como coach, me hace muy feliz ver como mis clientes logran sus metas y transforman sus vidas en muy corto tiempo, pero sobre todo, verlos disfrutar del proceso y asombrarse y entusiasmarse por cada paso que van dando en pos de sus objetivos. 

Soy una apasionada de lo que hago y esta pasión es la que todos deberíamos sentir día a día con lo que hacemos.

Si sientes que lo que eres, lo que haces, el lugar donde estás o tus relaciones no son lo que quieres o como quieres, comunicate conmigo, me comprometo a acompañarte a lograr tus metas siendo tu mejor versión compartiendo un pequeño pero precioso camino de  nuestras vidas.

Un comentario

Deja un comentario