Dar para agradar

👶Desde que nacemos nuestra prioridad es agradar a los demás.

😏Nos satisface ganarnos las sonrisas y aplausos de papá y mamá, abuelos y tíos, luego de amigos, maestras y profesores, luego de jefes y compañeros de trabajo.

Nos vamos acostumbrando a ser “agradadores” universales. Nos agrada recibir, lo que sea, sonrisas, palabras, aplausos, acciones, atención y así nos convertimos en dadores de todo.

🌀Una vez que entramos en ese círculo de agradar al otro, vamos dejando de agradarnos a nosotros mismos.

😔Poco a poco empezamos a darnos cuenta que no deseamos cumplir con todas las expectativas de los demás, que vamos perdiendo nuestra esencia, objetivos,  expectativas y muchas veces hasta nuestros valores.

😢Cuando damos más de lo que queremos y tenemos, nos sentimos despojados y abusados y cuando ni siquiera podemos dar lo que se espera, nos sentimos culpables.

🙄Si damos y no recibimos el resultado esperado, no nos sentimos suficientemente buenos y que deberíamos dar más. 

Nuestra satisfacción depende de la satisfacción del otro y estamos condenados a mirarnos desde el otro. 

✂️Cortar esta dependencia emocional histórica, implica reconocer esa necesidad de ser proveedores de satisfacción ajena. Al dar, por el solo hecho de agradar al otro, lo hacemos desde nuestra propia necesidad y no la de satisfacer la necesidad del otro.

🤗Algunas propuestas.

✳️Conocer nuestras propias necesidades y ser fiel a ellas.

✳️No dar lo que no tenemos

✳️No dar lo que no se nos pide.

✳️Ser conscientes que no tenemos todo lo que los demás necesitan

✳️Ser conscientes que solo podemos dar lo que tenemos y que para tener, debemos recibir

✳️Aprender a decir que no, cuando no queremos o no podemos.

¿Cuáles otras propuestas se te ocurren?🤔

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