Se contrata abuela de 83 años para importante empresa de plaza.

Hoy, como todos los días, llegue a la parada de ómnibus a las 7.15 hs. En la misma había unas doce personas, jóvenes y adultos, algunas de las cuales normalmente me acompañan en la espera.

El bus venía con retraso horario por lo que tuve más de 15 minutos para observar  atentamente a cada uno de ellos. Y me invadió unas ganas enormes de sacudirles y pedirles una actitud positiva para el comienzo de la jornada. No es que una vaya sonriendo cual reina de carroza por las calles, pero tampoco transmitiendo amargura, pesimismo, y preocupación por doquier! Quizás alguno de ellos tenga un problema realmente serio y preocupante pero es razonable pensar que no todos.

Al subir al ómnibus tengo por costumbre saludar al guarda o conductor cobrador con un buen día, y una vez que me expide el boleto doy la gracias, normalmente recibo un cordial o automático “de nada” que me indica que ha recibido mi mensaje. Hoy no. Se ve que también él tendría un mal día.

Mi trayecto es de unos 40 minutos así que seguí observando. Las personas que subían no dirigían palabra al chofer, y la gran mayoría ascendía con la misma cara que quienes me acompañaban en la parada, salvo una señora muy, muy mayor, pequeñita y encorvada, a quien le costaba bastante movilizarse.

Ella subió con dificultad, lentamente, lo que puso notoriamente molesto al conductor. Una vez en la plataforma, cambio su bastón a la mano izquierda con la que se sostenía de uno de los barrotes verticales, y saludando al guarda con una sonrisa y ojitos brillosos le pidió disculpas y le dijo “Un momentito, ya le entrego la tarjeta”, mientras con mano temblorosa revolvía su cartera hasta que finalmente apareció su tarjeta.

“Vamos doña! No tengo todo el día!” fue lo que recibió de parte del conductor y ella cordialmente con su sonrisa le pidió nuevamente disculpas, “Son los años sabe…tengo 83!”

El ómnibus venía ya completo, quizás por la misma demora que traía y no había asiento disponible. Nadie se levantó para ceder el suyo, aun habiendo legalmente asientos para “edosos”, siempre me llamo la atención el término ya que me sugiere enfermedad y no a una condición de salud como la de “adulto mayor”, pues nadie desocupó tampoco uno de estos.  Es más, creí ver varias miradas de molestia con la “Doña” y parecía que la hubieran puesto “en penitencia”.

Como me enseño mi mamá hace 50 años, y como yo he enseñado a mis hijas, me levanté y cedí el mío, quedando de pie junto a ella.

Me agradeció más o menos unas cuatro o cinco veces mientras que se acomodaba ella, su bolsito, el bastón y sacaba una bolsita donde guardó su tarjeta de pase.

Y empezó a contarme parte de su vida con una sonrisa eterna y voz de abuelita cuenta cuentos.

Voy a  lo de mi hijo, que tuvo un accidente hace ocho años y quedó paralitico, mi nuera que es una mujer maravillosa, “porque mire el trabajo que da mi hijo”! se está haciendo la quimio porque le apareció el maldito cáncer y eso que ella es muy sana, pero seguramente fue porque uno de mis nietos que tenía dieciséis años falleció hace unos meses por la porquería esa de las drogas y …. La pena trae las enfermedades vio?. Yo voy todos los días para ayudar en lo que puedo porque tengo dos nietitos más… y cómo los disfruto!. “Diga que con la pensión de mi marido, que en paz descanse, no me alcanza para mucho, sino podría ayudar mucho más”!

Sus ojitos bailaban con viveza mientras hablaba.

Yo tengo que tener cuidado, ahora estoy muy bien, pero cuando me operaron de la cadera, porque me caí. Mire, me caí de mañana y estuve todo el día en el piso. Que no me podía levantar y sentía dolor si me movía,  hasta que mi hijo me llamó de noche y al ver que no contestaba mandó al vecino y por suerte  siempre dejo la puerta de la cocina abierta. Pero gracias a Dios fue solo que me fracturé. Vio que a esta edad es muy común.

Estuve ahí en el Banco de las Prótesis, cerca de lo de mi hijo, “Tan buena esa gente!” Porque mi nuera, pobre tiene lo de ella  y pagar acompañante ni hablar!”. Una maravilla de gente allí, como me ayudaron y cuidaron”! Cuando pude les llevé unas masitas….

Entonces le pregunté “Sigue viviendo sola”?

Si, por suerte! Porque a esta edad somos muy difíciles vió? Tenemos nuestras mañanas y costumbres … mi hijo quería que me fuera a vivir con ellos, pero no….pobre mi nuera, ya tiene bastante para estar aguantando una suegra mañosa! …”, “Que mujer más buena mi nuera, ni que la hubiera elegido yo!” y  reía francamente con sus ojitos pícaros.

Luego de unos minutos de silencio, durante los cuales yo trataba de procesar toda su historia, ella continuó.

“Qué lindo día parece que va a hacer!” “Por lo menos se me secan las cosas, porque tengo un  caño tapado del patio y con tanta lluvia, cuando quise acordar, el agua llegaba hasta el dormitorio! Se me mojaron hasta los muebles del comedor…y  son de los buenos… de tapizado fino, … los compró mi esposo unos poquitos días antes de fallecer, le dio un paro cardíaco…parece que me hubiera querido dejar un regalo, ….era tan compañero él… y bueno, Dios es sabio, sabe? … porque él no hubiera soportado todo lo de mi hijo y mi nieto, y ahora mi nuera… Porque yo siempre fui fuerte pero él era como un niño…Vio como son los hombres. Tan lindo era!. … fui  corriendo las cosas como pude para secar el piso, porque son de madera…voy a ver si puedo juntar unos pesitos y poner esas cerámicas.. .que son tan lindas.. .y más prácticas, pasa un trapito y ya está!

Yo seguía procesando su historia de vida  con mi mejor sonrisa, y me sentía maravillada ante su espíritu!

Ahora cuando baje voy a comprar limones, para hacerles una torta que siempre hago, una receta de mi abuela. Yo soy así, vio? Todas las noches pienso que puedo hacer mañana para que ellos estén más contentos. Es una bendición que Dios me cuide para que yo pueda ayudarlos y verlos bien. Cuando ya no me necesiten, que me lleve nomás! Tengo toda mi familia y mi marido, que tan bueno era,  esperándome!

Se acercaba mi destino y volví a mirar las caras de todos mis compañeros de ruta, y nuevamente tuve ganas de sacudirlos uno por uno!

Me despedí con un “Hasta otro día abuela!” y ella me contestó con la misma sonrisa de todo el viaje. “Dios te bendiga”.

Esta abuela me regaló, además de una fuerte historia de vida, la oportunidad de reflexionar sobre varios de los conceptos que utilizamos cotidianamente en nuestro desempeño laboral.

La vida es una sucesión de hechos más o menos fortuitos que nos afectan directa o indirectamente. Es un camino sinuoso y con obstáculos que a veces elegimos y otras veces nos sorprenden.

Muchos de nosotros debemos enfrentar los mismos obstáculos y sin embargo algunos caen abatidos mientras otros salen fortalecidos. Esto último es lo que la psicología positiva llama resilencia y es una habilidad que se desarrolla desde el interior del individuo como forma de adaptación y supervivencia.

La capacidad de asumir activamente la conducción de los acontecimientos  para modificar la realidad o nuestra posición en la misma, cuando no es posible cambiar la situación en sí es una actitud innegablemente positiva y que hace a la calidad de nuestra vida.

Lo que esta abuela a sus 83 años me mostró fue una sabiduría simple tan grande como su recorrido por la vida. Un espíritu tan libre y positivo como pocos jóvenes tienen hoy en día, una actitud emprendedora y una valoración optimista de su entorno, gran confianza en su capacidad de acción y muy buena autoestima y quizás lo más destacable, la capacidad de crear, planificar e implementar proyectos independientemente de la complejidad de su realidad. Todo esto con una fuerte vocación de servicio y un profundo amor hacia los demás.

Siento que me encantaría encontrarme todos los días con ella y empezar mi día con esa transmisión tan genuina de energía positiva y espíritu de colaboración.

Al entrar a la empresa, con mi sonrisa y “buenos días” a diestra y siniestra, observé algunas caras como las de la parada del ómnibus y las de mis compañeros de trayecto…. Entonces he pensado que podría contratar a la abuela,… solo una horita en la mañana… la sentaría en el hall de entrada al inicio de cada jornada, en un cómodo sillón con fino tapizado y dejaría que desde allí hiciera su magia…

Buena jornada para todos!

La foto que acompaña este post es de mi abuela paterna, Doña Josefina Gemelli de Nieto quien supo ser una abuela con mayúsculas. Modelo de amor, generosidad, paciencia y dedicación hacia sus nietos, Con fuerte perfil actoral y gran narradora de historias compartió con nosotros infinitas vivencias anteriores a nuestra propia existencia transmitiendo con gracia, solemnidad, y muchas veces picardía,  las costumbres, situaciones, colores, olores, sabores, formas, lugares  y hasta el carácter de los actores que forjaron la historia de mi familia y la sociedad en la que vivo.

14 Comentarios

  1. Realmente admiro la actitud de la abuelita y la tuya también.Muchas veces miro a la gente y me siento tentada de dar el asiento y no lo hago.Te felicito,sería excelente que se considerara a personas como la abuelita para los trabajos,ya que lamentablemente los «nuevos valores» no dan lugar a actitudes tan positivas como la abuelita.Dios los Bendiga.

    Me gusta

    1. Gracias Cinthia. Muchas veces cuesta ser solidario, sin embargo en unos segundos, con la decisión adecuada y un mínimo de esfuerzo logramos acaariciar el alma de otra persona y es mas que reconfortante! Saludos cordiales,

      Me gusta

  2. Un artículo EXCELENTE desde muchos aspectos: primero me atrajo el titular, luego me atrapó la historia y por último me hizo reflexionar… simplemente EXCELENTE. Felicitaciones.

    Me gusta

  3. Monica me senti totalmente identificada con tu relato, todos los dias llego a mi trabajo y hablo con mis compañeros eso mismo que tu decis de la abuela, como elegis levantarte y encarar el dia, el dia por si solo no trae los atributos, se los imprime uno, y por supuesto a todos nos pasan cosas infinidad de cosas a lo largo de un dia, buenas, no tan buenas, regulares, tristes o alegres, sin embargo esta en uno y solamente en uno como elegir vivirlo,
    Espero poder vivir muchos años como la abuela del relato !!
    Saludos !!!
    Sandra

    Me gusta

    1. Exacto Sandra! Nuestra postura frente a la realidad hace la diferencia, y además, toda actitud es potencialmente «contagiosa», o sea se multiplica en nuestro entorno.
      Gracias por tu atención a este post y por haberte tomado el tiempo de expresar tu opinión al respeto. Saludos cordiales,

      Me gusta

  4. gracias Moni por compartir tu relato, es más me parece tan maravilloso que merece ser publicado en algún medio escrito y masivo, o en el principio de algún libro de «positivismo empresarial».
    Ayer hable de este tema con un actor de Tenerife, que además da charlas sobre positivismo, no dudo que lo incorporaria sin pensar…
    Además me gusto tu comentario de tu abuela, a quien tuve el gusto de conocer, así que fue un maravilloso viaje en el tiempo. La recuerdo sentada en el living de tu casa en Lagomar cuando los visitaba, y en los sillones de madera del frente contemplando el jardín¡¡¡¡¡¡¡

    Me gusta

    1. Muchas gracias Ana! Me alegro hayas disfrutado el post y valorado el mensaje. Esta teniendo muy buena recepción en las redes, por lo que me siento mas que satisfecha por la difusión y valoración del mismo. Gracias también por tu recuerdo a mi abuela, efectivamente disfrutaba mucho las tardecitas contemplando el jardín que tanto embellecía y cuidaba! Beso enorme!

      Me gusta

      1. Muchas gracias Mónica por compartir el artículo, realmente contagia energía positiva y buena onda!!! Beso

        Me gusta

  5. Muchas y tantas veces escuchamos…..»seré feliz el día que……..» y allí es una catarata de circunstancias por suceder que, aparentemente condicionan el estado de bienestar y felicidad para cuando se concreten. Es bueno tener dichas expectativas, pero la felicidad se logra en el camino, no sólo en el destino…..es con lo que llevamos puesto cada mañana…..creo de ello se trata. Volví a releer varias veces tu post Mónica y como aquellas buenas canciones de juglares como Sabina y Serrat, más se escuchan, más se quieren escuchar….»uno se cree que las mató el tiempo y la ausencia. pero su tren sacó boleto ida y vuelta, son aquellas pequeñas cosas…….Gracias por compartir. Abrazo!

    Me gusta

    1. Muchas gracias Ernesto! Tu comentario me abruma!
      Como bien dices… y de Machado «Verso a verso, golpe a golpe…».
      Uno debe ser feliz con lo que tiene, no hipotecar la felicidad a futuro.
      Sí, debemos tener ilusiones y expectativas respecto a él, si debemos tener una motivación constante para recorrer el camino fijando metas, pero no sin dejar de valorar y disfrutar las ya alcanzadas.
      Cada día debemos levantarnos con una torta de limón por hacer, pero vestidos con la satisfacción de la que hicimos ayer, con quien la compartimos y quienes la disfrutaron.
      Gracias a ti por tan generoso comentario! Un abrazo desde la vereda de enfrente!

      Me gusta

Replica a Ana Inés Burgueño Cancelar la respuesta